Hay un dicho cierto que dice: en tiempos de crisis, soluciones maravillosas. Y es que, sin duda, cuando tenemos un problema que resolver o una necesidad de cubrir, toda nuestra creatividad aflora para buscar todo tipo de soluciones ingeniosas.
Es precisamente en este último punto, las soluciones ingeniosas, en el que se encuentra el protagonista de nuestra nota de hoy: Samuel Abogaye, un joven ghanés que construyó con desechos su propia scooter y, por si esto no fuera suficiente, ¡funciona con energía solar! Sí, así como lo lees, es totalmente ecológica.
Este chico, que tan solo tiene 17 años, es, sin duda, una gran promesa de la ingeniería, porque sin tener un medio favorable, ni tampoco contar con los mejores recursos, ha logrado construir con sus propias manos uno de los tantos sueños que tiene: su patín eléctrico, con el que se mueve por su zona, tan solo usando retazos de madera. ¿Te imaginas lo que podrá hacer con tecnología de alta gama?
¡Quedaremos fascinados!
Su historia comenzó en la escuela de formación profesional a la que asistía, ya que en alguna de sus clases tuvo la oportunidad de aprender sobre movilidad sostenible y quedó fascinado. Allí, en esas aulas, la semilla fue germinada y creció poco a poco en la mente de Samuel hasta convertirse en su gran scooter, que no solo es un invento increíble que combina innovación con ecología y movilidad, sino que también es prueba de su creatividad, espíritu emprendedor y ganas de comerse el mundo.
Si a esto le sumamos que para poder construirla pasó una buena cantidad de tiempo recogiendo piezas viejas de bicic letas, desechos de equipos electrónicos y retazos de madera, también podemos decir que Samuel, además de prodigio, tiene una voluntad de hierro y un talante digno de admirar.
Una vez que lo tuvo todo, le tomó solo dos semanas armar su vehículo sustentable, que se mueve, pero también reproduce música y tiene luces, gracias a que le agregó un equipamiento bluetooth con el que puede vincular su teléfono. Increíble, ¿no?
Por si esto no fuera suficiente, Samuel buscó los medios para encontrar la forma de que su scooter no contaminara al medio ambiente, así que con una sola carga de energía solar puede hacerla funcionar durante toda una semana. Una hazaña por donde se mire.
Su historia es, por mucho, inspiradora y fascinante. Al leerla, nos deja dos enseñanzas esenciales: la primera, que los centros educativos deben buscar justamente lo que lograron con Samuel, es decir, despertar la curiosidad y las ganas de llevar a la práctica lo que se aprende en clase.
La segunda, que en la vida, incluso cuando las cosas vayan un poco en contra, todo se puede conseguir con esfuerzo y perseverancia, puesto que si bien el talento de este chico ghanés es impresionante, y será un ingeniero increíble, ha sabido aprovecharlo para su propio beneficio, así como para impactar, desde su granito de arena, positivamente en el mundo.